lunes, 18 de mayo de 2015
Sobre el Yin y el Yang
Todos los aspectos de la vida están regidos por una naturaleza bipolar, por dos fuerzas opuestas pero complementarias que se encuentran en todas las cosas (vida-muerte, bueno-malo, luz-oscuridad, calor-frío,…). Los sabios chinos observaron que lo inmutable en el universo es el movimiento. Todo se mueve, se transforma y cambia en un ciclo permanente de inicios y finales donde lo único que permanece es el movimiento. Este movimiento tiene dos tendencias: una expansiva o centrifuga que lo inicia y otra contractiva o centrípeta que vuelve al origen. Ambas fuerzas son consideradas como básicas y necesarias para que se realice el sentido del universo, pues en cualquiera de sus manifestaciones intervienen y debido a su interacción es por lo que se pueden observar los acontecimientos en él, que está sometido a un continuo movimiento que le conduce a una transformación continua. La fuerza centrífuga por su tendencia a la manifestación, a la visibilidad, a la exteriorización, a lo luminoso, se le llama Yang y a la fuerza centrípeta, constrictiva, con tendencia al ocultamiento, a la interiorización, a lo oscuro, se le llama Yin.
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