Hay cosas que merecen ser tomadas con mucha
seriedad. La Medicina Tradicional China, por ejemplo. Por quienes la estudiamos, la conocemos y la practicamos, y, sobre
todo, por quienes no la conocen.
Algunas cosas
sucedieron hace mucho tiempo, como un suceso casi puntual en la larga línea del
tiempo. Los ritos funerarios del antiguo Egipto, o el Imperio Romano, o algunas
concepciones políticas. Otras cuestiones, por otra parte, nacieron hace muchos
miles de años y continúan vivas, creciendo y desarrollándose. Este es el caso
de la Medicina Tradicional China.
El primer libro conocido relacionado con esta disciplina es el
Huángdì Nèijīng (黃帝內經), conocido en español como Canon de
Medicina Interna del Emperador Amarillo, que se compiló entre los siglos IV
a.C. y II a.C. (época de los Reinos Combatientes hasta la dinastía Han), aunque
recoge conocimientos mucho más antiguos transmitidos oralmente.
El Corpus Hipocrático (o Colección Hipocrática) es un conjunto de
textos médicos escritos en griego, entre los siglos V y IV a.C., atribuidos
tradicionalmente a Hipócrates de Cos (460–370 a.C.), aunque en realidad son
obra de varios autores de su escuela y época.
La medicina de Galeno, por otra parte, es claramente posterior a
ambas.
Resumiendo: ambas tradiciones (China y Grecia) nacen casi
paralelas, pero evolucionan con marcos conceptuales distintos: energía y
armonía en China, humores y anatomía en Grecia/Roma. No existe algo así como
una medicina original o verdadera, y una medicina vieja, en desuso o por el
contrario demasiado joven y por lo tanto alternativa.
La Teoría del Yin y el Yang
como dos manifestaciones opuestas y complementarias de la energía; o la Teoría
de los Cinco Movimientos, que explica cómo interactúan, se inter generan y se
inter controlan lo cinco elementos de la naturaleza y de nuestro organismo, se
desarrollan entre los años 1100 y 500 a.c.
La MTC ya fue sometida, y lo es permanentemente, al estudio
crítico de la ciencia occidental. Se hacen estudios, meta estudios, análisis a
doble ciego, pruebas de laboratorio y mucho más. Su eficiencia, eficacia, y
vigencia están mucho más que demostradas y probadas.
Quienes estudiamos y practicamos la MTC conocemos estas teorías,
ya suficientemente demostradas, y las aplicamos en nuestra cosmovisión y en
nuestra práctica clínica.
Conocemos los conceptos de Esencia, Energía y Sangre, y cómo
interactúan. Sabemos el funcionamiento de los fluidos corporales, y a qué reino
o movimiento pertenece cada uno. Quienes estudiamos MTC aprendemos la Teoría de
Órganos y Vísceras, en qué se parecen y en qué se diferencian y la fisiología
de cada uno. Aprendemos sobre canales de circulación de la energía, sobre
cuáles son los principales, cuáles los secundarios y cuáles los
extraordinarios, y por qué. Entendemos cómo funcionan los canales Tendinomusculares,
que son aquellos que circulan más superficialmente y tienen injerencia en
músculos, fascias musculares, tendones y ligamentos. Aquellos que estudiamos
MTC conocemos también los ritmos energéticos del cuerpo humano y su Ciclo
Circadiano.
La MTC es un cuerpo completo de conocimiento, muy antiguo, muy
profundo y muy completo. Quienes la estudiamos y la practicamos aprendemos
Etiología para conocer el origen y evolución de las patologías, aún cuando
tratamos pacientes, y no enfermedades.
Estudiamos diagnóstico, y aprendemos a observar, auscultar,
interrogar, palpar canales, diferenciar los diferentes tipos de pulso y de
lengua, diferenciar síndromes, escuchar al paciente. Y entender que cada
paciente es único y diferente.
Quienes nos tomamos en serio la Medicina Tradicional China nos
preocupamos por manejar con solvencia y seguridad las herramientas que la misma
nos ofrece. Es así que estudiamos y practicamos la Acupuntura, la Moxibustión,
el masaje Tui Na, el Gua Sha, la Herbolaria o Fitoterapia, la Dietoterapia, la
Auriculoterapia, la Reflexología, y la Ventosa terapia.
Algunos de nosotros también manejamos otras ramas de la Medicina
China, como el Si Gong Terapéutico y el Tai Chi Chuan. Conocemos sus beneficios,
los practicamos, y los transmitimos.
Quienes sabemos de la importancia de todos estos conocimientos,
además, profundizamos en algunos de ellos asistiendo a seminarios,
profundizaciones y especializaciones. Buscamos alguien que sepa mucho, como un Master en Medicina Tradicional China en alguna Universidad de China, por ejemplo.
Y así actualizamos y profundizamos en nuestros conocimientos en
Diagnóstico Avanzado, tratamientos de Cervicalgias, Lumbalgias, Rinitis,
Enfermedades Respiratorias, y más. Estudiamos Obstetricia, Andrología, o
Pediatría China.
Ésta última, por ejemplo, incluye Historia de la Pediatría China,
Diferencias entre adultos y niños, fisiología y patología de la infancia,
Etapas de desarrollo infantil y aparición de las enfermedades, Las cinco
constituciones chinas en la pediatría, Etiología de las enfermedades en la
infancia, Evaluación y diagnóstico, Terapéutica en la infancia, Enfermedades
neonatales, Principales disturbios respiratorios, Principales disturbios
digestivos, Insomnio y terror nocturno, Enuresis nocturna, Infección urinaria,
Eczemas y dermatitis atópicas, Estomatitis, Convulsión infantil,
Hiperactividad, Trastorno de déficit atencional e hiperactividad, Trastorno del
espectro autista, y Estudios Complementarios.
Estas especializaciones consisten en estudiar, y entender las
diferencias fisiológicas y anatómicas entre mujeres y hombres, o entre adultos
y niños. Son especializaciones, profundizaciones, para quien ya estudió todo el
complejo cuerpo de conocimientos teóricos de la MTC y ya maneja sus
herramientas prácticas. No son cursos cortos para quien empieza de cero.
Algunos tenemos la ventaja de sumar a estos conocimientos
orientales, los conocimientos de neurociencias, anatomía, fisiología, bioquímica, biofísica,
organización celular y tisular, y otros, provenientes de estudios
suficientemente occidentales como profesorados en Ciencias Biológicas, por
ejemplo.
Para la mayoría de nosotros, la Medicina Tradicional China no es
brujería ni magia.
Es cosa seria.